Equipos caninos a Turquía: análisis operativo
El mismo debate se reabre, una y otra vez, con cada gran catástrofe. Equipos caninos de todo el mundo han viajado a Turquía para colaborar en las labores de localización y rescate de las personas sepultadas. Y como ocurre en estos casos, les rodea la sombra de las auto-activaciones, activaciones no oficiales, falta de preparación, grupos, guías y perros no especializados, falta de logística, acudir cuando ya han pasado varios días… Una vez mas llega la pregunta ¿todo vale? ¿Seguro?
Indice:
- Colapsar las ayudas no ayuda
- Cómo funcionan los equipos caninos en una catástrofe
– equipo integral
– capacitación/especialización
– activación y coordinación oficial
– las primeras horas - Ayudas mas mediáticas y muchas preguntas
- La ONU denuncia
Por Isabel Herrán | PerrosdeBusqueda 02/2023 ©
He dudado mucho en publicar este artículo, ya que el tema es tan delicado que puede herir susceptibilidades y provocar enfrentamientos, que es lo último que hace falta en el mundo del perro de búsqueda de personas. Soy consciente de que me puede generar enemistades pero mis principios están por delante. Y, habiendo vivido en primera persona todas estas situaciones y siendo coherente con la profesionalidad y la ética que siempre he defendido, he tomado la decisión de llevarlo adelante. Además, tengo la certeza de que lo que denuncio aquí, además de perjudicar, pone vidas humanas en peligro: las de las víctimas, las de los propios rescatistas y las de otros rescatistas. Y eso no se puede pasar por alto. Quizás nunca se solucione, pero que al menos sirva para crear conciencia en el futuro
Durante la madrugada del lunes 6 de febrero, dos terremotos de magnitud 7,8 y 7,6 en la escala de Richter golpearon Turquía y el sudeste de Siria. Inmediatamente, la cooperación internacional movilizó equipos de emergencia, voluntarios y equipos caninos que viajaron a Turquía, algunos desde el primer día.
La UE envió a Turquía miles de rescatistas, desde España, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Austria, Bulgaria, Croacia, Chipre, República Checa, Estonia, Grecia, Hungría, Malta, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, República Checa, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Polonia y Rumanía.
También otros países como Estados Unidos y Reino Unido, entre otros, movilizaron oficialmente sus grupos de rescatistas, que llegaban a las zonas afectadas en los primeros momentos.
Colapsar las ayudas no ayuda, al contrario
Miles de rescatistas y cientos de equipos caninos y material, que en ocasiones ha provocado un colapso en los aeropuertos y en la recepción de la ayuda. Algunos grupos que viajaban oficialmente tuvieron que aterrizar en otro aeropuerto, ya que el tráfico aéreo era enorme. Los aeropuertos se colapsaron ante la avalancha de aviones con rescatistas y ayuda. Esto, añadido a que las carreteras estaban también colapsadas y muchas incluso cortadas, hizo que los traslados se alargaran durante horas. Todo eso corría en contra de las personas que aún quedaban con vida y que necesitaban esas ayudas.
Después, durante varios días y sin activación oficial o con activaciones desde entidades completamente ajenas a la oficialidad, ha habido un incesante goteo de grupos caninos que han viajado por su cuenta a Turquía, 2, 3 y hasta 4 días o 5 días después. Desde España han llegado a salir mas de 100 personas. El tiempo corría en su contra. No solamente habían pasado ya días desde la tragedia, sino que desde su partida, viajes en avión y por carretera, hasta llegar a las zonas afectadas, iban a tardar muchas horas más. Algunos tardaron hasta dos días. Otros -los menos- desistieron en el intento cuando las propias autoridades turcas anunciaron que ya no eran necesarios, dada la enorme cantidad de rescatistas que ya se encontraban allí.
Una vez más, habría que analizar el por qué de esta estampida de grupos, por qué han ido, cómo han ido, si iban realmente preparados. Y y sobre todo, cómo habría que hacer para mejorar esta situación y que la ayuda llegue cuándo y a quién lo necesita. Es necesario que el envío de este tipo de ayuda se realice solamente de forma oficial, profesional, y que no se convierta en un viaje abierto a todos, con las intenciones que guarde cada uno. Hay que acabar con el tristemente famoso ‘turismo de catástrofe’, que en algunos casos podría llamarse también ‘negocio de catástrofe’.
¿Cómo funcionan los equipos caninos en una catástrofe?
Es indudable que los equipos caninos despiertan interés. Y también es indudable que, ante la ausencia de regulación también en este sentido de ir a una catástrofe, se presentan muchas irregularidades, ya sea por desconocimiento o por interés.
Por eso, lo primero es tener claro cómo funcionan los equipos caninos cuando se trata de una catástofe como un terremoto.
En caso de catástrofe los equipos caninos forman parte de un conjunto. Y para poder considerar a un grupo operativo o capacitado para acudir a ayudar (a cualquier intervención), hay una serie de requisitos:
Equipo integral
En primer lugar y por encima de todo: los equipos caninos no trabajan solos. Es fundamental que formen parte de un equipo integral que cuente con todo lo necesario para cubrir sus necesidades y para poder realizar la intervención a todos los niveles: localización, estabilización y extracción.
Logística, guías, perros, equipos de relevo, sanitarios y equipos de desescombro en este caso. Todo es necesario si se quiere ir a ayudar y no a convertirse en un problema. Ir solamente uno o dos equipos caninos, sin el grupo integral que les cubra todas las necesidades, es irresponsable y está muy lejos de ser profesional.
En esta catástrofe y en otras, se ha dado el caso hasta de guías que van por su cuenta, con su perro, para tratar de unirse allí a otros grupos preparados. Es irresponsable, es un alarde de protagonismo desmedido y es muy arriesgado. Además de convertirse en una carga, un problema añadido para el grupo receptor y para el país receptor.
Capacitación/Especialización
Si el grupo, si los equipos caninos no están especializados en la búsqueda de personas vivas en el escombro, sencillamente no deberían ir porque no están capacitados para esa especialidad. Y la realidad es que a estas catástrofes van incluso grupos que no entrenan en escombro, y que su supuesta operatividad -si es que la tienen porque algunos ni siquiera están constituidos como grupos de rescate- se basa en la búsqueda esporádica de personas desaparecidas en zonas rurales. Hemos visto imágenes de perros con collar, con correa, perros que ni siquiera son capaces de subir al escombro. Y esto es solo lo que se ve cara la galería, da miedo pensar en lo que no se ve.
Un concepto extendido y totalmente erróneo es pensar que, al ser el mismo olor, el mismo perro de grandes áreas es válido para este tipo de búsquedas. El olor es el mismo pero la especialidad es completamente diferente, para los perros y para los guías. Y no basta con hacer algún entrenamiento esporádico con unas cuentas piedras, hace falta entrenar en los escenarios que mas se asemejen a la realidad. Y es que la realidad de esta especialidad es muy complicada por todos los factores que la rodean, por eso hay que entrenarla de forma exhaustiva, especializada. De lo contrario estamos engañándonos y lo peor, engañando a quienes creen que les podemos ayudar. Y además, correremos el riesgo de que nos ocurra algo. No es profesional y, es inadmisible.
Algunos grupos incluso han entrenado a esos mismos perros para localizar y señalizar restos humanos en casos de desapariciones, incluso algunos habiendo entrenando con cerdo. Lo que significa añadir al trabajo del perro una carga de conceptos que, unidos a las dificultades que entraña el trabajo en una situación así, podría desembocar fácilmente en una señalización positiva cuando la persona sepultada lleva tiempo fallecida. Y eso significa arriesgar la vida de las personas que realizarán el desescombro, además de perder un tiempo precioso en ese rescate, cuando seguramente hay otras personas sepultadas con vida.
Activación y coordinación oficial
El objetivo que lleva años persiguiéndose, es que únicamente viajen a ayudar a zona de catástrofe equipos integrales activados de forma oficial. No tiene sentido autoactivarse y tampoco que las activaciones las promuevan personas particulares desde distintas entidades, por mas que se persiga un interés totalmente altruista.
Pero este es un tema de difícil solución, ya que aquí entramos también en la cuestión de las competencias -y batallas- autonómicas. Cada comunidad autónoma hará lo posible por enviar un grupo cuando llegan estos mediáticos momentos.
Precisamente esto ha ocurrido en esta ocasión y no es la primera vez que ocurre. Incluso se ha dado el caso que, desde una entidad municipal o autonómica, se busca urgentemente un grupo canino para enviarlo a la zona de catástrofe, asegurando tener dinero -dinero de los contribuyentes, claro-. Así podrían obtener una publicidad que les va a favorecer a nivel imagen y sobre todo, a nivel electoral. ¿Es ético? Incluso: ¿es legal? En cualquier caso, esto no es un mercadillo de grupos de rescate.
Además, dado que los grupos operativos coordinados oficialmente ya han sido enviados, esto solo contribuye a alimentar la afluencia de grupos o personas no capacitados, que viajan con el objetivo de ayudar o que solo buscan la foto o incluso que tienen algún interés económico, engordando su curriculum. Y por eso, debería ser el propio grupo el que debería tener la categoría profesional y moral para tomar la decisión de ir o no ir, en función de los puntos anteriores.
Las primeras horas son cruciales. Después… ¿tiene sentido?
Cuando ocurre una catástrofe de gran magnitud como este terremoto de Turquía y Siria, las primeras horas son fundamentales para poder rescatar el máximo número posible de personas que hayan quedado sepultadas.
No tiene sentido salir dos, tres o varios cinco días después para ir a buscar personas sepultadas bajo el escombro, cuando las posibilidades de que estén aún con vida son minimas. Y cuando además, hay cientos de equipos ya trabajando en la zona. Cuesta dinero, tiempo, esfuerzo y empleo de recursos por parte del país que recibe. Sería más eficaz ahorrar el coste que supone enviar a mas grupos y emplearlo en forma de ayuda que se destinará a cubrir las necesidades de quienes están con vida.
Y aquí surge un debate ético del que nadie quiere hablar. Porque no es mediático, no es agradable de escuchar y por supuesto, no genera likes ni interesa a los medios. Se trata de la frase, fruto del desconocimiento, de la emoción y también del populismo, que se repite y que se suele utilizar para excusar la falta de capacitación, profesionalidad y ética.
‘Una vida merece la pena todos los esfuerzos‘
Y aquí llega la pregunta: ¿Seguro?
Porque hay muchas cuestiones que entran en juego aquí:
Recursos
Para que estas personas que llegan sin activación, sin capacitación, sin logística o varios días después, hace falta movilizar muchos recursos:
– aviones (que podrían estar transportando ayuda en lugar de su material)
– vehículos para trasladarles a las zonas mas afectadas (que podrían estar transportando ayuda para los damnificados)
– dinero (que podría utilizarse para enviar la ayuda realmente necesaria en cada momento)
– logística (porque algunos llegan sin siquiera lo necesario para autoabastecerse)
Riesgos
¿Qué pasa con el riesgo de los intervinientes? ¿Y si en uno de esos trabajos colapsa la estructura y sepulta a los intervinientes? ¿O si un equipo canino, por no tener experiencia en escombro, realiza una falsa señalización? ¿Y si entran los equipos de desescombro y hay un nuevo colapso y los sepulta a ellos?
¿Merece la pena arriesgar la vida de muchas personas para salvar una vida?
La máxima de todo rescatista es que su seguridad es lo primero, ¿dónde queda esta máxima en casos así?
Ayudas mediáticas y muchas preguntas en el aire
Y por otro lado, ¿qué pasa con el resto de vidas que hay en la superficie y que necesitan y necesitarán ayuda, incluso después de que los medios y las redes sociales se olviden de ellos? En Turquía se estima que hay más de 13 millones de damnificados. Pero da la sensación de que esas vidas no importan, o no importan tanto. ¿Es mejor que vayan miles de personas a intentar rescatar unas pocas vidas? ¿por qué no salen también miles de personas a ayudar a curar, a reconstruir, a reorganizar las vidas de quienes lo necesitan, que son muchísimos más?
¿Se envía la ayuda necesaria o se envían -o van por su cuenta- ayudas que se sabe que repercutirán a nivel mediático? ¿Por qué cuando pasan los primeros días y ya no hay medios cubriendo la noticia, cesan las ayudas y ya nadie o casi nadie va a ayudar? Quizás es que eso no vende, no hay foto, no hay noticias.
¿Es ético pedir dinero o utilizar recursos para ir a intervenir a otro país, cuando ya han pasado muchas horas y sabemos que las posibilidades de encontrar personas con vida se reduce al mínimo? ¿Se busca la foto o engordar el curriculum? ¿Hay repercusión cuando se cometen negligencias como ir sin estar preparados o capacitados? ¿Por qué no se filtran las ayudas ‘pirata’ y se evitan los colapsos y los problemas que perjudican a todos los que sí están preparados? ¿Se podrá evitar en el futuro?
Las preguntas parecen no tener fin. Son cuestiones que están ahí desde hace muchos años y que continúan incluso agravadas, como en este caso, ya que cada vez hay mas grupos operativos -y hasta deportivos-, que buscan o que dicen que buscan personas.
‘Una vida merece todo esfuerzo’
… ¿Seguro?
La ONU denuncia este problema
Son muchos los expertos y entidades que llevan años denunciando este problema, reconocido a nivel internacional. En este sentido la ONU ya se pronunció claramente en 2003. Estos son algunos de los puntos que plantean en la Asamblea General de 2003 con respecto a las operaciones de búsqueda y salvamento en zonas urbanas en caso de catástrofe:
No queda lugar a la interpretación ni puede considerarse meras opiniones o críticas. Son hechos, es un problema real y como tal, habría que tomar decisiones para evitarlo. El debate está servido.
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