Factores que pueden influir en el olfato canino
No siempre somos conscientes de los factores que pueden influir en el olfato de nuestro perro. Y, como seres vivos, pueden verse afectados por diferentes causas
Autores: Dr. Resi Gerritsen y Ruud Haak
K9 Scent Training, A Manual for Training Your Identification, Tracking and Detection Dog
El trabajo de búsqueda con perros está evidentemente influenciado por los movimientos del aire, temperatura y humedad. Pero también hay factores que pueden influir en su olfato, como las condiciones físicas o factores externos. En determinadas condiciones el perro puede encontrar difícil, o incluso imposible, percibir olores.
Condición física
Estos son algunos problemas comunes en cuanto a su condición física. Y todos son factores que pueden influir en su capacidad para olfatear:
Resfriado común o gripe
Un resfriado común o el virus de la gripe podrían afectar la sensibilidad en el olfato. Esto sucede tanto a humanos como a perros.
Enfermedades
Otras enfermedades que pueden afectar la capacidad olfativa en los perros pueden ser fallas renales, hipotiroidismo, síndrome de Cushing (hipersecreciones adrenales).
Medicación
Algunos medicamentos afectan la capacidad de olfatear.
Factores genéticos
Existen defectos genéticos que obstaculizan la percepción de ciertos olores.
Problemas dentales
Como infecciones en las raíces de los dientes de la mandíbula superior, que obstaculizan la percepción del olor.
Circunstancias hormonales
En general las hembras caninas tienen más capacidad olfativa que los machos*, por lo que se piensa que existe una relación hormonal en este sentido.
Perros albinos
Los perros albinos tienen un olfato disminuido o ausente. Esto les resta grandes posibilidades de sobrevivir en la vida salvaje, en parte por la susceptibilidad de su piel y también por la falta de olfato.
Perros chatos
Los perros de razas chatas o de hocico corto generalmente tienen problemas para respirar y, por tanto, para captar adecuadamente los olores. Los Boxers tienen la misma capacidad olfativa que los demás pero necesitan más descansos.
Razas pequeñas
Las razas pequeñas tienen menos superficie olfatoria sin embargo también son usados para rastreo o detección.
Factores externos
Ciertos químicos pueden bloquear un número importante de células olfatorias o generar sustancias con aromas diferentes a los normales. Ejemplo de esto es la acetona y el xylol. Si primero se huele la acetona y posteriormente el xylol, ambas sustancias son diferenciadas con facilidad. Pero si se invierte el orden, la segunda no podrá ser detectada durante algún tiempo.
La habilidad de oler en humanos y perros puede ser alterada por irritantes, olores fuertes y estímulos olfativos anormales. Por esta razón el guía también debe entrenar a su perro para trabajar en todas las circunstancias variables.
Adaptación (fatiga nasal)
Seamos claros: nosotros – y por supuesto nuestro perro -, no olfateamos con la nariz. El epitelio olfativo es sólo un órgano de captación que recibe el estímulo y lo transfiere mediante la estimulación ciliar a las fibras olfatorias (fila olfatoria) para ser conducido finalmente al bulbo olfativo en el cerebro y el cerebro registra los signos de la impresión olfativa correcta.
Por lo tanto olfateamos con el cerebro. Pero el bulbo olfatorio se adapta muy rápido. Después de contener un estímulo odorífero, no pasa mucho tiempo para que lo discriminemos. La nariz sigue captando el olor pero el cerebro deja de interesarse por él.
Por ejemplo, al entrar a la cocina, un humano notará inmediatamente el fuerte olor de la coliflor cocida. Pero después de estar en la cocina por un tiempo, apenas percibe el olor. Si sale para respirar aire fresco y vuelve a entrar, percibirá de nuevo el fuerte olor a coliflor. ¡Esta adaptación también ocurre con los perros!
En términos de adaptación conocemos dos formas: Una adaptación lenta, que se manifiesta por un cansancio mental, también llamado fatiga nasal. Y una adaptación rápida, que es física en el nivel en que los nervios ya no reaccionan más.
Por esta razón, los perros de rastro que trabajan pistas más largas, de vez en cuando y de forma instintiva, acercarán su nariz al rastro o la elevarán para respirar aire fresco. Inmediatamente después de eso pueden percibir de nuevo el olor de la pista y seguirla.
Se observa lo mismo cuando un perro detector detecta un olor, se aleja de ese lugar y al volver tiene una mejor percepción y puede identificar mejor la pista del olor.
Si castigas estas conductas solo conseguirás que el perro tenga menos efectividad. ¡O pondrá la nariz en el suelo y actuará como si estuviera buscando o rastreando, sin hacerlo!
* Este dato es opinión de los autores del artículo. No está contrastado científicamente
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