Proyecto: el olor de la muerte

¿Cómo discriminan los perros la muerte? ¿En qué momento del proceso de descomposición de un cuerpo humano los perros reconocen el olor como post-mortem?

olor de la muerte

Autoras: Adela Morris y Rita Martinez (CSST)
Traducción: María Fonseca | PerrosdeBusqueda©

Este proyecto de investigación se inició en enero de 1997 como respuesta a una demanda frecuente de las administraciones que requieren nuestros servicios. ¿Cómo discriminan los perros la muerte? ¿En qué
momento del proceso de descomposición de un cuerpo humano los perros reconocen el olor como post-mortem?

Hemos puesto en marcha este proyecto de investigación para empezar a comprender cuándo y cómo nuestros perros pueden discriminar el olor a vivo del olor post-mortem. Todos los perros utilizados en este proyecto han sido entrenados de forma ‘multidisciplinar’. Es decir, entrenados tanto para encontrar y marcar el olor humano vivo como el olor post-mortem (de cadáveres)*.

La definición médica general de la muerte describe el momento exacto en que un ser humano se convierte en un cadáver con ‘el cese irreversible de la actividad respiratoria y cardíaca (Spitz y Fisher, 1993). Los cambios fisiológicos comienzan inmediatamente, y en las dos primeras horas después de la muerte se ha documentado la aparición de livideces, cambios químicos en la sangre, relajación del tejido muscular y otros cambios.

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De hecho, en algunos casos la lividez puede observarse en los 15 minutos después de la muerte. Entre 2 y 4 horas después del fallecimiento, la temperatura corporal empieza a descender (Haglund y Sorg, 1997), comienzan los cambios químicos en los músculos y avanza la autolisis.

Queremos empezar a aprender, comprender y documentar el intervalo de tiempo mínimo post mortem durante el cual nuestros perros pueden percibir la diferencia entre el olor a vivo y a muerto. Nuestra ventana al vívido reino del olfato canino es, obviamente, el lenguaje corporal del perro y, más concretamente, el marcaje. El perro lo utiliza para comunicarnos deliberadamente ‘he encontrado el olor que querías’. Queremos saber cuál es el intervalo mínimo en el que nuestros perros pueden clasificar un olor como muerto, en lugar de vivo, y cuándo esa clasificación es lo suficientemente clara como para que el perro realice el marcaje.

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ICF Research Paper #97-1-1: Intervalo post-mortem para el cual los perros entrenados diferencian el olor de una persona viva vs olor de descomposición

*Todas las muestras de olor post-mortem consisten en gasa estériles, (selladas hasta justo antes de su uso) colocadas en el área abdominal del difunto durante exactamente 20 minutos. Las gasas se colocan en bolsas de plástico sin usar y se sellan dos veces con cinta de embalar. Todas las muestras de olor post-portem se manipulan con guantes de látex y en ningún momento estas muestras entran en contacto con la piel de una persona viva.

*Todas las muestras de olor a humano vivo se colocan en la zona abdominal de una persona viva durante exactamente 20 minutos, luego se colocan en bolsas de plástico sin usar y se sellan dos veces de la misma manera que las muestras post-mortem.

* Todas las pruebas se realizan mediante un método punto a punto:
Cada una consiste en una línea de tres gasas: una expuesta al olor post-mortem, otra expuesta al olor de una persona viva y una almohadilla estéril sin usar, abierta con las manos enguantadas, justo antes de cada entrenamiento.

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* Todos los ejercicios se realizan en una superficie dura, ya sea asfalto, cemento o tierra seca.
Cada perro recibe la orden de ‘cadáver’ por parte de su guía y se pasa al perro por los puntos de olor. A continuación, se pide al perro que elija e indique al guía qué gasa contiene el olor post-mortem.
Los ejercicios son ‘ciegos’ para que los guías no tengan conocimiento previo de la secuencia de los olores. A los perros se les da una sola opción por ejercicio. Y los resultados se registran únicamente como correctos o incorrectos.

Cualquier perro que parezca que no marque una sola muestra es eliminado de ese ejercicio y la elección se registra como Incorrecta. Todas las muestras se eliminan adecuadamente después de cada ejercicio.

Comienzo de las pruebas: enero de 1997
Número de perros utilizados: Cinco perros diferentes
Rango de intervalo post-mortem: De 70 minutos a 3 días
Número de ejercicios completados: Hasta julio de 1997, un total de 52 pruebas completadas
Resultados preliminares: El intervalo post-mortem más corto para el que recibimos una respuesta correcta fue de una hora y 25 minutos. Sin embargo, el intervalo post-mortem para el que recibimos una
respuesta correcta consistente de todos los perros implicados es de 2,5 a 3 horas.

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Notas

Destacamos nuestra incapacidad para controlar todas las variables durante nuestro proyecto. Nos ha sido imposible obtener muestras de olor y realizar los ejercicios en condiciones estrictamente controladas. No
hemos podido controlar las condiciones ambientales en las que se recogieron las muestras, la forma y la causa de la muerte. Tampoco hemos podido ejercer una regulación estricta sobre la cantidad de muestras de un
intervalo de tiempo determinado. Dado que hay periodos en los que las muestras son escasas y distantes entre sí, este proyecto no tiene un plazo establecido y continuará durante un tiempo. Nuestra intención no es ofrecer una verdad absoluta a las cuestiones planteadas, sino iniciar un diálogo y ofrecer lo que esperamos sea un punto de partida para otros emocionantes proyectos de investigación. Esto arrojará luz sobre el poco explorado y a veces misterioso ámbito del olfato canino aplicado a la recuperación de un cuerpo.

Es importante tener en mente lo que se pide que hagan los perros y lo que no. No están eligiendo entre un punto a punto de tejido humano real, sino sólo entre gasas para las que se ha tenido mucho cuidado de exponer sólo a regiones de piel seca y no a sangre o fluidos corporales perceptibles.

También hay que tener en cuenta que el tiempo de exposición es exactamente de 20 minutos. Además, hay muchas variables obvias que no se han tenido en cuenta en este proyecto. Será apasionante emprender futuros estudios que traten factores como la dificultad de detección según la edad, sexo y la raza del difunto y la forma y causa de la muerte.

Autoras: Adela Morris y Rita Martinez (CSST)
Traducción: María Fonseca | PerrosdeBusqueda©
Prohibida la reproducción total o partial sin permiso de los autores


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