Científicos explican por qué los perros son mejores detectores que los robots

Ni siquiera el equipamiento más sofisticado del mundo o el más caro, es capaz de superar la capacidad del olfato canino. Un grupo de científicos nos explican por qué los perros son mejores cuando se trata de buscar o detectar

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Nadie nos tiene que convencer de que el olfato canino es una maravilla, eso lo sabemos quienes trabajamos con perros. Perros que buscan personas o detectan sustancias, incluso perros para detectar enfermedades y ayudar en la medicina preventiva.

Y es que, a día de hoy, no se ha inventado aún la máquina que sea capaz de igualar al olfato canino. Ni la nariz electrónica, ni sofisticados equipos con un coste de 100 millones de dólares -se dice pronto-, se acercan a la eficacia que ofrecen nuestros compañeros caninos.

Un inventor con una idea muy interesante

El inventor Andreas Mershin se preguntaba por qué los teléfonos móviles podían tener ojos, oídos pero no nariz. Y pensó que un teléfono podría ser nuestro detector de cáncer particular. Una detección precoz puede significar salvar la vida, eso lo sabemos bien.

Sabiendo que los perros de alerta médica son capaces de detectar, por ejemplo, un problema con una persona diabética mientras duerme, se preguntó por qué no podía crear algo que actuase de la misma forma. Estamos continuamente con nuestro móvil, incluso dormimos con él, ¿por qué no tener un detector olfativo que pudiera captar cualquier cambio significativo en nuestras células y ayudarnos a obtener un diagnóstico precoz de una enfermedad?

Y por eso, decidió crear una nariz electrónica en cada teléfono móvil. Pero era más fácil decirlo que hacerlo y, al trabajar en ello, comprobó lo poco que sabemos en realidad sobre cómo funciona el olfato.

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El reto de la detección artificial

El mayor reto que encuentra la detección artificial está más en la parte psicológica que en la tecnológica. Existen dispositivos capaces de detectar olores en una baja concentración. Pero la diferencia entre estos dispositivos y el olfato canino, es abismal.

Por eso ahora, lo que hay que conseguir, es entender cómo lo hacen los perros para detectar esos olores. Descubrir por qué los perros son mejores, con una enorme diferencia, de cualquier máquina. Cómo utilizan su cerebro, su inteligencia, para, a través del entrenamiento, determinar qué es lo que tienen que encontrar o ignorar. Y después, conseguir aplicar todo esto al dispositivo electrónico.

Cuando la entrevistadora le pregunta cuándo conseguirán inventar algo similar al olfato canino, Mershin reconoce no saber cuándo estará disponible su invento, una nariz en cada teléfono móvil. Pero asegura que, cuando esté listo, habremos entrado en una nueva era de la Medicina.

Es indudable que este inventor tiene un gran reto por delante y le deseamos mucha suerte. Pero algo nos dice que aún va a tardar bastante en alcanzar su sueño.

Mientras tanto, aquí tienes la entrevista completa:

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