Perros que buscan tumbas con 3.000 años de antigüedad

Perros entrenados ayudan a localizar en Croacia lugares de enterramiento que datan de la edad de hierro, unos 3.000 años de antigüedad

3.000 años

Si ya nos maravillaba el portentoso olfato canino y lo que era capaz de hacer, ahora tenemos una prueba más de su irrefutable capacidad. En Croacia, los perros han ayudado a los arqueólogos a descubrir tumbas de la edad de hierro, de hace unos 3.000 años.

Los perros localizaron cofres funerarios que contenían huesos humanos y otros objetos en la cima de una colina de la cordillera Velebit, en la costa del Adriático.

Los expertos confirman que el hecho de utilizar perros podría ser un excelente medio para identificar lugares arqueológicos. Además, es un sistema menos destructivo que la mayoría de los métodos tradicionales.

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La nariz canina no comete errores

Vedrana Glavaš, profesora asociada de arqueología en la Universidad de Zadar (Croacia) y autora principal del estudio publicado en el Journal of Archaeological Method and Theory, afirma que ‘la nariz canina no comete errores’.

Glavaš ya había localizado con anterioridad algunas tumbas del siglo VIII a.C. en una necrópolis cercana a la colina prehistórica de Drvišica. Con la esperanza de encontrar más hallazgos, contactó con Andrea Pintar, entrenadora canina que trabaja con perros detectores para localizar restos humanos enterrados, en investigaciones criminales.

En 2015, Pintar llevó a la zona varios perros de raza pastor belga malinois y pastor alemán. En primer lugar enviaron a trabajar a los perros a la zona en la que se encontraban las tumbas que ya habían sido excavadas el año anterior. Las tumbas no eran evidentes y no se les dijo el lugar de la localización previa.

Un trabajo bien planificado

Según Glavaš, siempre utilizan al menos dos perros para confirmar la posición exacta de la localización. Por descontado y para evitar interferencias de los guías en sus perros, el segundo guía no sabe dónde realizó la señalización el binomio anterior.

Los equipos caninos descubrieron sin problemas las tres tumbas, a pesar de haber sido retirado los restos humanos, los objetos y el suelo circundante. ¡Y a pesar de tener una antigüedad de unos 3.000 años! Además, desde la excavación, la zona había estado expuesta al viento, al sol y a la lluvia. Al parecer, la roca porosa que rodeaba la excavación habría absorbido suficiente olor de descomposición de forma que los perros pudieron detectarlo.

Llegados a este punto, dejó a los perros sueltos en la zona en la que sospechaba que hubiese más restos. Encontraron seis nuevas tumbas y fueron extremadamente precisos en todos los casos.

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Las tumbas consistían en pequeños cofres funerarios de piedra entre círculos de paredes de piedra, cada uno de unos cinco metros de diámetro. A su vez, cada cofre contenía huesos pequeños como dedos o pies de varios individuos, probablemente pertenecientes a varias generaciones de una misma familia, además de hebillas y otros objetos.

Por desgracia, aunque Glavaš ha utilizado con éxito perros en otros lugares de Croacia y Alemania, aún no ha podido excavar algunas de las tumbas encontradas en Drvišica, por falta de tiempo y de dinero.

Una técnica prometedora

Angela Perri, investigadora de arqueología postdoctoral en la Universidad de Durham, que no formó parte en el estudio, afirmó que utilizar perros para detectar enterramientos era una técnica especialmente prometedora. Por una parte por ser no destructiva pero también porque se puede utilizar en situaciones en las que el radar de penetración del terreno y otras técnicas no funcionan.

La investigadora afirma que sería interesante desafiar los límites y ver hasta dónde se puede llegar con esta técnica. Sería una excelente forma de avanzar en el campo de la arqueología, ya que hay numerosos arqueólogos trabajando en el descubrimiento de lugares de enterramiento.

Una vez más podemos utilizar los perros como detectores, en esta ocasión como biodetectores. Y aún encontraremos en el futuro nuevas formas de que nos ayuden.

Fotos: Zlatko Bala/Departamento de Arqueología, Universidad de Zadar

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