Los perros de trabajo no son inmunes al golpe de calor

Llega el momento de tomar precauciones contra el temido golpe de calor. ¿Por qué ocurre? ¿Cómo reconocerlo? ¿Cómo prevenirlo? y ¿cómo tratarlo?

golpe de calor

Los perros de trabajo, de cualquier disciplina, deben estar entrenados también en ganar resistencia para aguantar más tiempo de trabajo, dificultades de desplazamiento o incluso trabajar con calor. Pero precisamente ellos son también los más expuestos a tener algún problema cuando hay altas temperaturas y el golpe de calor es un enemigo, por desgracia, más presente de lo que nos gustaría y con el que hay que tener mucho cuidado.

El golpe de calor es, junto con las lesiones traumáticas, una de las primeras causas de mortalidad en perros de trabajo: militares, policiales, de rescate, están especialmente expuestos y, si no tomamos las debidas precauciones, podemos tener un serio problema. 

La temperatura del perro no es un buen indicador de que exista riesgo de golpe de calor. Los perros atléticos, que están físicamente preparados, resisten bien cortos periodos de temperaturas internas muy altas. En un perro normal de trabajo podría llegar a los 40º o 42º y, según estudios realizados, la temperatura de algunos perros de trabajo sube a esos niveles simplemente al sacarles de la jaula y colocarles la equipación, debido al temblor de los músculos provocado por la excitación.

Pero lo realmente peligroso, siempre, es trabajar durante largos períodos de tiempo a temperaturas muy altas, aunque el perro esté bien preparado físicamente.

golpe de calor
Hay que proporcionar sombra al perro siempre que se pueda

Factores de riesgo

  • Cambio rápido en la temperatura del aire (por ejemplo en primavera, cuando las variaciones de temperatura son significativas, pudiendo subir 10 grados de un día para otro), viajar a climas más cálidos o largos períodos con aire acondicionado y de pronto exponerlo a las altas temperaturas en el exterior.
    -Largos períodos de baja (el perro pierde forma y al volver a trabajar tendrá menos resistencia).
  • Sobrepeso o haber ganado peso.
  • Trabajar con bozal (aunque sean los de cesta, ya que el perro no puede jadear bien) y un bozal que evite que el perro abra la boca puede ser muy peligroso si el perro tiene calor. Si el perro está herido, habrá que valorar si es más importante que el perro reciba oxígeno que el riesgo de un mordisco a los cuidadores.
    -El guía sobreestima la capacidad de resistencia y las condiciones del perro, forzándole más de lo que el animal puede. El guía es el primer responsables de cuidar este detalle.
  • Problemas médicos: obstrucción de las vías aéreas, nariz/cara chata, problemas de tiroides, etc.
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Cuidado con exigir demasiado a los perros, hay límites que no debemos pasar nunca
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Señales de alarma ante un posible golpe de calor

Por lo general en perros de trabajo las siguientes señales podrían ser un indicativo bastante claro y sin embargo para un perro ‘casero’ serían completamente normales. Por eso, es fundamental conocer muy bien a nuestro perro para poder valorar las señales que podrían estar indicándonos que estamos frente a un posible golpe de calor.

  • Busca la sombra: el perro quiere estar en la sombra del guía o de cualquier otra.
  • Demasiado calmado (en un perro normalmente activo).
  • Se quiere sentar o tumbar: negarse a seguir adelante o ignorar las órdenes, sólo para sentarse o tumbarse, ya entra dentro de niveles serios de riesgo.
  • Retrasa la vuelta al guía: en la llamada o cuando ha ido a por algo, el perro no vuelve directamente al guía o vuelve más lento que las veces anteriores.
  • Soltar el objeto de recompensa: el perro se tumba y escupe el juguete para poder jadear mejor.
  • Jadeo con ‘sonrisa’: los labios se estiran hacia atrás para exponer mejor las encías y aumentar así la zona de la boca que recibe más aire. 
inmunes al golpe de calor
Jadeo ‘sonrisa’: el perro estira los labios para expone las encías y aumentar el efecto del jadeo (IMPORTANTE: en sí no es un síntoma de un inminente golpe de calor, es sólo una de las señales que debemos observar)

DBF

Prevención

  • Conocer los riesgos y evitarlos siempre que sea posible.
  • Conocer bien a nuestros perros y las señales que podrían indicarnos el riesgo inminente.
  • Aumentar la resistencia del perro y aumentar de forma progresiva el ejercicio y la actividad en situaciones de alto riesgo.
  • Mantener al perro en forma y saludable: un peso ideal es mejor para los perros de alto rendimiento.
  • Quitar el bozal en cuanto sea posible (no usar siempre que se pueda evitar).
  • Enfriar al perro durante el trabajo, no esperar a que suba demasiado su temperatura.
  • Permitir el acceso al agua (es mucho mayor el riesgo de golpe de calor que el de dilatación. Pero hay que vigilar que no realice ejercicio después de haber ingerido gran cantidad de agua).
  • Controlar y conocer la temperatura de nuestro perro cuando trabaja.
  • Antes de comenzar a trabajar, buscar posibles fuentes de enfriamiento por la zona: arroyos, fuentes, aire acondicionado en vehículos/edificios, ventiladores, fuentes de viento, etc. Así sabremos rápidamente dónde ir en caso de que le perro comience a mostrar los primeros signos.

Tertulias Caninas
  • Los perros no beben porque les guste beber, beben porque lo necesitan. Por eso hay que permitir que el perro beba hasta que decida parar (a no ser que se trate de un comportamiento compulsivo o de posesividad). Podría necesitar pequeños descansos para evitar el vómito pero hay que dejarle volver a beber hasta que no quiera más (una vez más, mucho cuidado con no dejar que realice ejercicio o movimientos bruscos tras haber ingerido gran cantidad de agua).
  • Aún no hay suficientes datos sobre la efectividad de los chalecos y mantas refrigerantes, Los estudios muestran que los perros tienen la misma temperatura interna mientras trabajan con chaleco refrigerante que cuando llevan un chaleco antibalas o cuando no llevan nada. Pero es un método sin duda interesante para enfriar después del ejercicio, mientras descansa, por ejemplo tumbado en una manta refrigerante.
  • Los perros no necesitan electrolitos porque no sudan y la pérdida durante el ejercicio es mínima.
  • Lo más efectivo para prevenir el golpe de calor es una dieta equilibrada y un cuerpo delgado. Las dietas especiales y suplementos tienen poco efecto en su prevención.
  • Los fluidos subcutáneos no tienen efecto en el rendimiento del perro o en prevenir el golpe de calor, excepto para prevenir la deshidratación si tuviese que trabajar por un período prolongado sin agua (como podría suceder en misiones militares).
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Tratamiento

  • Enfríe al perro tan pronto como sea posible hasta bajar la temperatura a 39º. Cuanto más tiempo pase el perro con un exceso de temperatura, mayor será el daño.
  • Utilice cualquier método de enfriamiento disponible. Los mejores métodos son bolsas de hielo, cubitos de hielo o humedecerle con toallas empapadas en agua helada (sin cubrirle). Un perro que pase demasiado tiempo con una temperatura demasiado elevada puede llegar a morir en muy poco tiempo. Se trata de mantener al perro mojado y aumentar la corriente de aire sobre él si es posible utilizando el enfriamiento por evaporación.
  • Primero hay que enfriar al perro y luego llevarle a un veterinario: si podemos enfriarle durante el traslado, hay que llevarle lo antes posible. Si no es así, lo primero es enfriarle.
  • Tras un episodio de golpe de calor, siempre hay que llevarle al veterinario. Es necesario realizar un chequeo, ya que los efectos podrían durar varios días debido al daño provocado a las células y al tracto gastrointestinal, que podría permitir que las bacterias llegasen al torrente sanguíneo. La temperatura del perro podría ser inestable durante días y por eso debe ser vigilado de cerca.
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hay sistemas de ventilación muy útiles para los transportines

¿Un episodio de lesiones por calor aumenta el riesgo en el futuro?

Lo cierto es que no se sabe con certeza. Los factores de riesgo a menudo están presentes: sobrepeso, mala condición física, hocico chato, bozal, etc. Se desconoce si podría haber habido daño cerebral o al sistema termoregulador del perro. Por eso, se recomienda que se evalúen los riesgos en cada caso en base a los factores de riesgo conocidos, al tipo de trabajo del perro y a las situaciones que podremos enfrentar en el futuro. Y sobre todo, a conocer pertectamente a nuestro perro y sus límites. Y nunca forzar ese límite, ni siquiera acercarnos.

Fuente: Janice Baker DVM y DAVCM
Traducción: Isabel Herrán | PerrosdeBusqueda

Janice Baker es Doctora en Medicina Veterinaria, certificada en Medicina Veterinaria Preventiva, especializada en salud de perros de trabajo. Es coronel del Ejército de EEUU donde ha servido más de 18 años como veterinaria, tanto en el servicio activo como en la reserva.

Durante la mayor parte de ese tiempo estuvo en unidades médicas y operaciones especiales y en múltiples intervenciones en apoyo de los perros de trabajo militares. Además, tiene un máster en Medicina Forense Veterinaria, es especialista certificada por la junta de Medicina Preventiva Veterinaria y tiene más de 15 años de experiencia en prácticas de emergencias veterinarias.

Además, es propietaria del Veterinary Tactical Group, un grupo de consultoría centrado en promover las capacidades de salud y desempeño de los perros de trabajo. La Doctora Baker y sus colegas son líderes en investigación sobre los riesgos laborales en perros de trabajo, incluídas las lesiones de carácter hostil en perros militares y policiales, así como en lesiones por calor.

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