Guía canino, sube el listón. Hay vidas en juego

Aunque creas que lo estás haciendo bien, intenta subir el listón un poco más. Sobre todo si de tu trabajo dependen vidas humanas

Isabel Herrán | PerrosdeBusqueda©

Una frase muy simple pero a veces vital: subir el listón. La hemos escuchado muchas veces pero quizás más en deporte, en titulares de deportistas o equipos famosos a nivel mundial. ‘Debo subir el listón si quiero seguir mejorando’, ‘parecía imposible pero ha subido el listón’. O con un significado muy similar, aunque menos ambicioso: ‘no bajar el listón’.

En el mundo de los perros de búsqueda y detección yo me quedaría con la primera frase: subir el listón. No bajarlo es algo que nadie duda que sea necesario pero es fácil quedarse en el mismo nivel, o incluso bajar, si no se buscan nuevas metas o se plantean nuevos retos.

Y por desgracia, en el mundo del perro de búsqueda y detección hay algunos listones a muy poca altura. Esto, si se tratara de deporte, no tendría más importancia que la obvia consecuencia: no vas a ganar el premio, no vas a ser el mejor binomio. Pero cuando estamos hablando de perros operativos en búsqueda de personas, de drogas, de explosivos… la consecuencia será que no vas a encontrar la persona, la droga o el explosivo. Y eso pone en riesgo vidas humanas. Es grave, muy grave.

Todos hemos tenido listones bajos

Un ejemplo muy claro de esto de la altura del listón lo encontramos en los vídeos de perros haciendo obediencia básica, habilidades caninas o juegos de olfato. Y es que es muy fácil que te ocurra, de hecho seguro que a todos nos ha pasado. ¿A ti no le ha pasado? A mi sí y no pocas veces.

Y no pasa nada porque ocurra, es bastante normal. Tú crees estar haciéndolo muy bien pero en realidad tienes mucho camino por delante para lograr hacerlo muy bien. Y aquí radica el problema, y también parte de la solución. Porque lo malo no es que te pase, es que no te des cuenta de que te está pasando.

Tengo una experiencia personal que me dejó claro esto de los listones. Ocurrió cuando comencé a practicar la disciplina de Obediencia Deportiva. El primer día que me presenté al grupo me preguntaron si había trabajado obediencia. ¡Claro! Les respondí orgullosa porque llevaba ya muchos años trabajando con perros, soy de trabajar mucho con mis perros y por aquel entonces tenía un pastor alemán con el que realizaba ejercicios de obediencia, de búsqueda y de detección, con bastantes buenos resultados. Mi familia, mis amigos aplaudían nuestros ejercicios porque para ellos era espectacular.

Aquel día empezamos por ese ejercicio, tumbado sobre la marcha. Comencé, unos pasos, una orden y mi perro se tumbó. Yo, feliz. Los del grupo, sonrisas. Me sorprendió, ¿no lo hemos hecho bien? Y entonces me explicaron en qué consistía la obediencia deportiva, que no basta con dar una orden y que el perro la realice. La postura del guía, la velocidad de ejecución, sin gestos, sin movimientos extra, el tumbado instantáneo. Me mostraron un perro haciendo ese mismo ejercicio a otro nivel, es decir, con el listón mucho más alto. Y entonces comprendí que lo que yo tenía por un ejercicio estupendo, podría ser cien veces mejor. Comprendí que tenía que subir, y mucho, el listón.

Y esto mismo ocurre, y mucho más acusado, en ejercicios de búsqueda o de detección.

Que no te engañen pero sobre todo: no te engañes

Ya sabemos que a los perros les gusta buscar. Y si además es búsqueda de personas tenemos diversión asegurada para el animal. Por eso es bastante fácil conseguir que un perro realice ejercicios de una dificultad moderada. Y es muy fácil sorprender a un público profano. Con ejercicios muy mediocres de búsqueda o de detección se consigue ofrecer un buen espectáculo, diversión y aplausos garantizados. Y eso está muy bien… para las exhibiciones.

Lo difícil es prepararlo para un trabajo operativo: para la realidad. Es decir, que el perro sea capaz de buscar, localizar y señalizar, a pesar de las dificultades. Distracciones, orografía complicada, largos tiempos de trabajo, desconocer la zona, personas alrededor, situaciones de estrés y un largo etcétera de realidades que aparecen cuando llega la hora de la verdad.

Ni siquiera es comparable a los entrenamientos, donde aparentemente nuestro perro está haciendo bien los ejercicios, pero si no entrenamos para el excelente, si no nos preparamos para las sitjaciones más complicadas, cuando llegue una situación real, lo más probable es que no hagamos un buen trabajo.

Y esto ocurre igual en detección de drogas, explosivos, acelerantes, eco-detección, chinches… da igual la especialidad. Si entrenas con un listón a la altura de los tobillos, tu perro hará unas exhibiciones y vídeos que dejarán alucinados a los profanos… y escandalizados a quienes saben lo que es un perro de búsqueda. Y pondrás vidas en riesgo, así que mejor no te dediques al trabajo operativo. Hay otras opciones en el mundo del perro y no perjudicarás a nadie.

Subir el listón es aumentar las dificultades, plantear nuevos retos, buscar la excelencia. Y eso es lo único que nos hará operativos. Y ese debería ser el objetivo de todos los grupos y unidades que se dedican al trabajo operativo.

Saber dónde tenemos el listón

Ahora bien, para subir el listón lo primero es saber dónde lo tenemos. El conformismo, quedarnos en nuestra zona de confort, es más común de lo que parece. Y es lógico, porque cuando tenemos el listón bajo no somos conscientes, creemos estar haciéndolo muy bien. Y así podemos quedarnos siempre, si nos descuidamos.

La mejor forma para comprobar dónde tenemos el listón es ver trabajar a otros grupos, de tu ciudad, de tu país y de otros países, ¡de todas partes!. Y sobre todo, no quedarte con uno que has visto en el que salen equipos haciéndolo bastante regular. Es fácil pensar: ¡yo lo hago mucho mejor! Y con ese orgullo te quedas, ¿qué has aprendido? Nada. Al contrario, te creas una idea falsa.

La autocrítica es fundamental para poder avanzar. Grabar nuestro trabajo y verlo después, en entrenamientos y en situaciones reales. Incluso compartirlo, exponerlo. Y si recibimos críticas, antes de rechazarlas de plano es interesante pararse a escuchar. Algunas serán constructivas, otras destructivas, pero puede que en esas críticas encontremos una pista de algo que podamos mejorar.

Hay que escudriñar cada vídeo y sobre todo, ver más. Seguro que hay perros y guías haciendo trabajos espectaculares. Ya, ya se que son vídeos y que en los vídeos no se suelen poner los errores, pero ¿eso qué importa? Quédate con lo que ves en el resultado. Y cuando veas algo que creas que es mejor que lo tuyo, ponte una nueva meta. Quizás no con tu perro pero sí puede ser útil para otros perros del grupo, o para el futuro. Aprender SIEMPRE es útil. A veces solo el hecho de intentarlo es suficiente.

Tenemos la grandísima suerte de vivir en tiempos de Youtube, Facebook, Instagram… Que, si bien tienen los peligros y las miserias de las redes sociales, son ventanas abiertas al mundo, a todas partes del mundo. Tú eliges qué ventana abrir y qué ventana cerrar. Pero ¡abre ventanas y mira! Eso te permitirá ará asomarte a ver cómo lo hacen otros.

Y no sólo en la especialidad que trabajas. El trabajo con perros se enriquece con muchos aportes externos. Puedes ver perros trabajando en otras especialidades, otras disciplinas, y te sorprenderá conocer otras formas de entrenar, otras actitudes, muchas ideas para mejorar. Y sobre todo, te permitirá ver más claro si tu listón está bien alto o se te ha quedado a media altura.