Perros ‘adictos’ al juego: ¿motivación u obsesión?
Un nuevo estudio plantea una cuestión delicada y desconocida ¿los perros pueden llegar a ser ‘adictos’ al juego?

En los perros de trabajo —ya sean especialidades operativas o deportivas— la pasión por el juego es una cualidad valiosa. La pelota o el mordedor no son simples juguetes: son el motor del rendimiento. Sin embargo, un reciente estudio publicado en Scientific Reports (grupo Nature) ha puesto sobre la mesa una cuestión delicada: ¿puede un perro llegar a mostrar comportamientos similares a una “adicción” hacia el juego?
El estudio no habla de adicciones en términos clínicos como en los humanos, pero sí describe perros con una motivación tan intensa por el objeto que parecen perder control. Perros ‘adictos’, perros que no descansan, que buscan el juguete incluso fuera del contexto de trabajo, que se inquietan si no aparece, o que no son capaces de “desconectar” tras el ejercicio. En definitiva, perfiles que nos resultan familiares en el ámbito de las unidades caninas: esos perros incansables, siempre en tensión, que no saben parar.
En cuanto a la fiabilidad del estudio, se publicó en Scientific Reports, una revista revisada por pares del grupo Nature, lo que garantiza rigor metodológico y transparencia. Eso sí, sus autores reconocen limitaciones: la muestra incluía perros con alta motivación de juego, no es representativa de todos los perros, y algunas mediciones dependieron de cuestionarios a propietarios. En resumen: es un estudio serio y válido como referencia, pero sus resultados deben interpretarse con cautela y dentro del contexto exploratorio.
Recomendaciones prácticas para guías y entrenadores
Este tipo de comportamiento puede ser visto como una virtud… hasta que deja de serlo. Porque un perro excesivamente centrado en el objeto puede trabajar con intensidad, sí, pero también convivir con un nivel de estrés elevado. Esa hiperfijación, si no se gestiona bien, puede afectar a su bienestar e incluso a su precisión en tareas complejas. No es lo mismo un perro motivado que uno desesperado por su premio. Y cuidado, que un estrés no controlado puede derivar en un grave problema para el perro.
Para mantener la motivación sana y proteger el bienestar de los perros de trabajo, conviene aplicar estrategias como:
Variar los reforzadores: alternar juguetes, juego con guía o recompensas comestibles para que el perro no dependa de un único estímulo.
Rutinas claras de inicio y fin de trabajo: enseñar al perro a activarse y a desconectarse tras la sesión.
Periodos de reposo forzado: incluir descansos planificados, especialmente en perros de búsqueda y rescate que trabajan con alta intensidad.
Entrenamiento de autocontrol: reforzar habilidades como esperar la señal del guía antes de perseguir el juguete, o mantener la calma frente a estímulos motivantes.
Observación constante: vigilar signos de estrés o frustración durante y después del trabajo, y ajustar la intensidad o duración de la sesión según el perro.
En perros que trabajan especialidades operativas estas estrategias son clave. Un perro que se excita demasiado con el juguete puede perder concentración en situaciones críticas. Mantener el equilibrio entre motivación y autocontrol garantiza no solo su eficacia, sino también su bienestar a largo plazo.
En un mundo donde celebramos la pasión de nuestros perros, conviene recordar que el verdadero campeón no es el que no se detiene nunca… sino el que sabe trabajar con intensidad y descansar en paz.
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