La especialización en las disciplinas de olfato canino

¿Es mejor la especialización o la multidisciplina? ¿Puede entrenarse un perro en diferentes disciplinas de detección? ¿Un perro de drogas también puede hacer búsqueda de explosivos? ¿Un perro que busca personas podría buscar también mascotas perdidas? Estas preguntas y otras parecidas encuentran respuesta en este artículo

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Isabel Herrán | PerrosdeBusqueda ©

Introducción

De cuando en cuando llegan a los círculos de debate sobre perros detectores preguntas y muchas dudas sobre la cuestión de la especialización en las disciplinas de búsqueda y detección. Y siempre se genera una gran polémica en torno a ello. Por un lado están los defensores de la especialización y por otro quienes opinan que se puede tener un perro multidisciplinar. Pero no todo es tan sencillo como este planteamiento, hay muchos matices que tratar.

En realidad podríamos resumir y zanjar este debate en dos preguntas. La primera sería valorar nuestro objetivo en la disciplina operativa: ¿cual es mi objetivo? Y después, una pregunta cuya respuesta para mí es la clave de todo este asunto: ¿practicar/trabajar otra disciplina «x» podría arriesgar lo más mínimo el desempeño de mi perro en la disciplina objetivo?

«La pregunta clave es:
¿practicar otra disciplina
podría arriesgar el desempeño
en la disciplina objetivo?»

Si nos hacemos esa pregunta, conociendo perfectamente la realidad del trabajo que estamos realizando, de nuestras capacidades, de la capacidad de nuestro entorno, obtendremos la respuesta correcta.

En este artículo voy a intentar abordar todos los puntos que rodean a esta cuestión y las causas de tanto conflicto. Todo bajo mi punto de vista, basado en mi experiencia y mis conocimientos.

Mi especialidad es búsqueda de personas por olor genérico en escombro, grandes áreas y deslizamiento de terreno, que ya no practico de forma operativa. Desde hace años estoy practicando distintas disciplinas olfativas, por hobby. Búsqueda de personas por olor genérico y por olor de referencia, detección deportiva, detección de sustancias, de objetos… y obediencia deportiva (que incluye un ejercicio de discriminación olfativa). Y todas las practico con los mismos perros.

Porque sí, es cierto que con los conocimientos y un entrenamiento y condicionamientos adecuados, son capaces de saber cuándo estamos entrenando una disciplina u otra. Pero repito y que no quede duda: lo hacemos como hobby y eso significa, responsabilidad: cero.
Por eso lo hacemos, estamos jugando.

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Precondicionamientos antes de una búsqueda de personas en escombro.
Foto: PerrosdeBusqueda

Disciplinas operativas: lo que implican

Conviene aclarar, por tanto, que este debate no tiene sentido si se habla únicamente de disciplinas deportivas. Porque el resultado de nuestro trabajo no va más allá de una mera diversión o de ganar o perder un campeonato. Si nos equivocamos, si el perro no tuviera las cosas claras, no afectará a terceras personas. Simplemente fallamos el ejercicio y no hay más consecuencias.

Pero no ocurre así en las disciplinas operativas. Ya sea perros de búsqueda de personas en cualquier especialidad, detección de drogas, explosivos, incluso en alerta médica. Cuando hablamos de estos campos, el error de un perro podría significar la pérdida de vidas humanas o poner en peligro la seguridad de las personas.

Por eso preocupa que pudiera ocurrir algo así por el simple hecho de mezclar disciplinas cuando no se debe. Y lo peor es que esta indebida mezcla ocurre a veces por desconocimiento, otras por falta de recursos y algo que repugna: por ganar dinero, medallas, aparecer en los medios o simplemente, conseguir unos «likes».

PerrosdeBusqueda en Youtube

Pero… ¿es posible entrenar al perro en diferentes disciplinas olfativas?

Esta es la pregunta del millón y en la que seguramente coincidimos todos. Sí, ¡claro que se puede! La capacidad olfativa de un perro es maravillosa, sorprendente, capaz de lo más increíble. Son capaces no solo de detectar la más ínfima cantidad de olor sino de buscar un determinado olor según se le indique.

Pero los milagros no existen y, si bien logran maravillas, es necesario trabajar para que el perro tenga las cosas muy claras. Y en esta cuestión tenemos dos premisas incuestionables:

Entrenamiento – Sin entrenamiento no hay resultados o no hay buenos resultados. Un buen resultado es un porcentaje de acierto de casi el 100%. Es necesario un entrenamiento. Esto, unido a conocimientos y saber hacer del guía se traducirá en un mejor desempeño.

Condicionamientos – Son imprescindibles para que el perro tenga claro en todo momento qué es lo que va a buscar. Sin condicionamientos todo queda en mano de la suerte y la casualidad.

Una vez dejamos claro que es necesario entrenar y condicionar para que el perro sepa trabajar diferentes disciplinas, hay que ser también conscientes de que no siempre se pueden mezclar disciplinas olfativas. O mejor dicho, no se deben mezclar.

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Exhibición de un perro detector de explosivos. Foto: PerrosdeBusqueda

¿Y qué disciplinas no se deben mezclar?

Son muchas las disciplinas caninas que se pueden practicar y no sólo olfativas. Existen cada vez más opciones para trabajar con nuestro perro y esto puede ser algo muy beneficioso pero también podría convertirse en un problema. Algunas disciplinas no solo no suponen problema alguno sino que además añaden un extra a la disciplina operativa, siempre y cuando -volvemos a lo mismo- no repercuta de forma negativa.
Esto significa: que no reste tiempo de entrenamiento y que no suponga una posible confusión para el perro o para el guía, ni en cuanto al olor a buscar ni en cuanto a la forma de señalizar.

Y al contrario, hay algunas disciplinas que -en mi opinión- nunca se deberían mezclar, es decir, no se deberían entrenar con el mismo perro.

Búsqueda de personas (genérico) +
búsqueda de cadáveres y restos humanos

Ni en grandes áreas ni en escombro, ni en deslizamiento de terreno. ¿Por qué? Porque cuando entrenamos a un perro para búsqueda de personas vivas le estamos enseñando a ignorar el resto de olores. Nada puede representar una distracción para el perro, debe centrarse en el olor-objetivo: humano vivo. Incluso no sería descabellado que un perro de búsqueda de personas en catástrofes, fuese entrenado para ignorar el olor de cadáveres humanos. Porque en una catástrofe vamos a encontrar olor de personas que ya han fallecido y, si bien es también una tarea su recuperación, no es la prioritaria: ¡primero hay que encontrar a los vivos!

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Equipo canino de rescate busca víctimas con vida en un edificio colapsado tras el terremoto en Haiti en enero de 2009 (Foto: Marco Dormino)

Cuando la persona acaba de fallecer sería muy difícil, por no decir imposible, que un perro determinara la diferencia de olor. PoEsto es debido a que si bien la descomposición comienza en cuanto cesa el latido del corazón, aún permanecen olores genéricos que tenía la persona viva. Pero si entrenásemos al perro a detectar y a ignorar un cuerpo que ha comenzado el proceso de degradación en su estadio más avanzado, y a centrarse en la búsqueda única y exclusivamente de una persona viva, podríamos ganar mucho tiempo. Podemos evitar que el perro nos señalice una persona fallecida hace unas horas, incluso días. Porque si la señaliza, vamos a emplear tiempo, esfuerzo, recursos, incluso vamos a arriesgar que otras personas trabajen en una situación de peligro, para rescatar un cadáver. Y mientras tanto, una persona viva podría permanecer sepultada.

Con esto no estoy diciendo que no sea importante la localización de cadáveres. Simplemente es una búsqueda diferente y para la que considero que se deberían utilizar perros especializados y centrados únicamente en esa labor. Además, que un perro de cadáveres señalice una persona con vida pasa a ser un error ‘deseable’. Pero lo contrario podría significar la muerte de una persona porque el perro se interesó y señalizó un cadáver en otro lugar cercano.

Escuela de Guías Caninos

Búsqueda de explosivos +
búsqueda de cualquier otra sustancia, operativa o deportiva

Tras consultar a algunos expertos, la mayoría coinciden en lo mismo: nunca mezclarían la detección de explosivos con la búsqueda de otra sustancia.

No hace falta explicar lo que podría ocurrir si un perro de explosivos se equivocara, tanto a la hora de detectar el olor como al señalizarlo. No es raro ver vídeos de demostraciones de perros policía buscando explosivos que tocan y rascan. Este es precisamente un gravísimo error de entrenamiento que podría estar provocado por la ‘mezcla’ de disciplinas. Y la consecuencia de este error es fatal, para el perro y para el guía o las personas que estén cerca.

Y no solo eso. La posibilidad de que un perro de drogas no señalice el olor, no tiene una repercusión más allá de lo que conlleva su tráfico y consumo. Pero si un perro de explosivos no señaliza por error, la tragedia está asegurada, más aún en los tiempos que corremos.

¿Que se puede? ¿Que hay quien lo hace? Seguro. Pero el riesgo que estaríamos corriendo podría suponer pagar un precio demasiado caro. Eso ya es algo que deberán plantearse quienes lo trabajan. O, mejor dicho, los responsables de las unidades caninas, ya sean de FFCC de Seguridad o de empresas privadas.

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Detección de explosivos en el estadio del Manchester

¿Pueden buscar a mi perro perdido?

Aquí encontramos otra de las preguntas que surgen, sobre todo desde que están en auge las disciplinas deportivas como el mantrailing y la detección deportiva. ¿Un perro de búsqueda de personas por olor de referencia es capaz de buscar mascotas perdidas?

Esto es algo que preguntan muchas personas que han perdido su mascota y aquí entramos en un terreno peligroso.
Hay personas sin ningún escrúpulo que no dudan en ofrecer sus servicios a estas personas desesperadas, a cambio de un precio a veces camuflado como «la voluntad».

Es totalmente lícito que exista un servicio de este tipo que cobre por buscar mascotas perdidas. Lo que no es lícito es hacerlo ‘bajo cuerda’, disfrazándolo con un uniforme de voluntarios (que nada tiene que ver con la actividad) o, simplemente, cobrar de forma particular. Primero, que no es legal pero sobre todo, es éticamente reprochable.

Si se quiere ayudar a alguien de forma altruista no puede haber dinero de por medio, ni con factura ni sin ella. Si se cobra, entonces ya deja de ser altruista y hay que dejar claro el servicio que se está ofreciendo y las posibilidades reales de cada caso. Aparte y por descontado, hay que cumplir los requisitos legales a nivel empresarial. Quizás sea esta la razón de que no existan apenas negocios legales de este tipo.

Pero en este asunto hay bastante más terreno peligroso. Muy peligroso.

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¿Búsqueda de animales… por olor de referencia?

Olor de referencia ¿humano, canino, felino? Es obvio que son muy diferentes y por eso tendría que haber especialización, igual que ocurre con el resto de disciplinas. No es lo mismo entrenar a un perro a buscar personas tomando su olor de referencia que enseñarle a buscar perros por olor de referencia.
(De genérico ni hablamos, porque no tendría mucho sentido buscar perros o gatos, en zonas donde hay perros y gatos)

Tiempo y dedicación – Hace falta tiempo y mucha dedicación para cada especialidad. Y tiempo no es algo que sobre a los grupos operativos de búsqueda de personas. Bastante tiempo y trabajo hay que dedicarle como para pensar en plantear un programa y trabajo paralelo para entrenar al perro a buscar perros, por ejemplo. Y por otro lado, los perros no pueden ser sometidos a entrenamientos continuos o excesivos porque sencillamente, perderían capacidad operativa.

Patrón de búsqueda – en la búsqueda de personas es muy importante es conocer los patrones en los que se suele mover una persona desaparecida -dependiendo de su edad, enfermedad, etc… Un perro no tiene absolutamente nada que ver con estos patrones, ni camina por las aceras ni va por caminos. Y con un gato la cosa se complica ya a otro nivel. Porque los gatos trepan, saltan vallas… ¿cómo se puede seguir el rastro de un gato si no hay rastro y/o si no podemos seguirle por donde se movió?

Si un grupo de perros de búsqueda de personas encuentra perros… ¡peligro!

¿Que a veces ha ocurrido que se ha encontrado un animal perdido? Puede ser o al menos eso dicen algunos. Existen las casualidades, la buena suerte… Y luego está la obviedad de que todos los perros saben buscar olores, nacieron con ese instinto. Y se interesan de forma natural si descubren el olor de un animal.

Pero cuidado. Un perro que busca personas, debe buscar solo personas. Si es olor genérico, solo debe buscar olor humano. Si es olor de referencia, debe buscar a esa persona concreta. Y, siempre, siempre, debe ignorar las distracciones: visuales, acústicas y olfativas. Un perro, un gato, es una distracción. Por tanto, si un perro entrenado para buscar personas, se interesa por el olor de un animal, mal asunto.

La búsqueda de personas no puede tomarse con frivolidad. Es algo tan serio, es tan grave lo que implica, que el hecho de plantearse ciertas derivaciones, hay que tomarlo con mucha cautela.
Hay -o debería haber- un deber ético, moral, que comprometa a estos equipos en su labor operativa y que los excluya del resto de actividades que pudieran suponer una traba a su desempeño o, en algunos casos, incluso un cuestionamiento legal.

y, por último, llegamos a un tema peliagudo:

Perros de búsqueda por olor de referencia… multi-olor

Hay quien asegura tener a su perro entrenado para buscar lo que sea, por el simple hecho de presentarle el olor. Es decir: quiero que busque llaves, le muestro llaves. Quiero que busque queso, le muestro queso. Digamos que el perro aprende a asociar que debe buscar el mismo olor que se le muestra.

A esto respondo un rotundo «no me lo creo», más allá de jugar a buscar cosas, probando, como hobby. Podría conseguirse algo, aunque me gustaría ver ese desempeño, en diferentes circunstancias. Pero para cuestiones operativas, espero que a nadie se le ocurra ofrecer semejante barbaridad.

No es casualidad ni es por gusto, que existan especializaciones en el mundo de la búsqueda y detección con perros. No es que los demás sean estúpidos y no se hayan dado cuenta de lo fácil que es enseñar al perro a que busque el olor que le damos y a correr.

Si fuera cierto, bastaría con darle al perro de búsqueda de personas algo de olor humano y que suba al escombro (si es que puede). O al de drogas, presentarle la cocaína y ¡a buscar!. Al de explosivos lo mismo… aunque mejor ni queremos imaginar lo que pasaría al localizarlo. A los de minas, especies en peligro de extinción, cáncer, diabetes,… ¿Para qué necesitaríamos expertos especializados en trabajar cada disciplina si hay un sistema en el que el perro busca cualquier cosa que le mostremos?

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Conclusión

Si queremos seriedad, profesionalidad, en cualquier trabajo que hagamos con perros detectores, es fundamental que le asignemos la misma seriedad a su entrenamiento.

Añadir complicaciones, restar tiempo de entrenamiento por tocar más especialidades, aumentar la posibilidad de confusión en el perro, no hace sino aumentar los riesgos de una disciplina operativa mal desempeñada. Y eso afecta directa o indirectamente a la seguridad  y a la vida de otras personas.

Hacerlo por desconocimiento o por falta de recursos podría entenderse -que no aceptarse- como válido o eficaz, pero cuando además se hace por obtener una compensación económica o simplemente de éxito, concurre en una práctica muy peligrosa y éticamente deplorable… y ojo, ¡denunciable!

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