¿Botas y Crocs para perros o almohadillas desnudas?

Cada vez vemos más productos para perros que imitan los objetos humanos, desde mochilas hasta abrigos, zapatillas, gorras y pamelas con lazos. Uno de los ejemplos más virales en redes sociales ha sido el de los llamados ‘Crocs para perros’: pequeños zuecos de plástico que, aunque resultan simpáticos, han generado dudas entre profesionales y aficionados del perro de trabajo.
Hace pocos días se publicaba en redes sociales una imagen en la que aparecía un perro policía durante el Mundial de Clubes. Al denunciarlo en PerrosdeBusqueda Facebook por parecernos fuera de lugar tratándose de perros trabajando, se generó un debate sobre si era algo normal o no, con opiniones para todos los gustos.
Pero más allá de la estética, la pregunta que deberíamos hacernos es ¿Tienen algún valor funcional? ¿son solo una moda inofensiva o peligrosa?
En este artículo vamos a analizar el uso del calzado en perros, especialmente en aquellos que desempeñan tareas operativas. Para ello, revisamos lo que dice la ciencia, la opinión de veterinarios especializados y la experiencia de guías caninos.
Cuándo se justifica el uso de calzado en perros de trabajo
Los perros que trabajan en entornos exigentes pueden enfrentarse a situaciones donde las almohadillas plantares están en riesgo:
Escombros o terrenos con cristales.
Suelos a temperaturas extremas (asfalto, hielo, nieve).
Sustancias químicas o irritantes.
Heridas o problemas previos en las patas.
En estos casos, el uso de calzado adecuado puede marcar la diferencia entre una intervención segura o una lesión que deje fuera de servicio al binomio.
Los «Crocs para perros»: ¿solo una moda?
Los zuecos de plástico estilo Crocs para perros se han popularizado como accesorio estético. Algunas marcas incluso los venden como «calzado protector». Sin embargo, la propia empresa que lanzó uno de los modelos más virales (Geharty) admitió que no están diseñados para caminar, sino para hacer fotos.
Veterinarios y fisioterapeutas coinciden en que este tipo de producto no ofrece sujeción, amortiguación ni tracción. De hecho, puede interferir con el movimiento natural del perro y provocar molestias, sobrecalentamiento o incluso caídas.
«La propia empresa que lanzó uno de los modelos más virales admitió que no están diseñados para caminar, sino para hacer fotos«
Cuándo sí y cómo usar botas
El uso de botas puede ser necesario, pero debe hacerse con conocimiento:
Solo si hay riesgo real para la integridad del perro.
Utilizando calzado específico para perros de trabajo, con suela antideslizante, cierre seguro y materiales transpirables.
Introduciendo las botas de forma progresiva, para evitar rechazo y permitir la adaptación.
No se recomienda usar calzado de forma habitual ni como medida preventiva sin justificación. Las almohadillas están preparadas para resistir el contacto con el suelo, y su uso constante de calzado puede debilitar la propiocepción o provocar sobrecalentamiento. Y, en situaciones concretas como los perros de búsqueda de personas en escombro, podría suponer un impedimento en lugar de una ayuda.
Y luego, hay botas… y botas. No es lo mismo un calzado estético o genérico que unas botas diseñadas específicamente para perros de trabajo. Existen marcas especializadas que desarrollan modelos con base científica y experiencia en campo, pensadas para ofrecer protección real sin comprometer la movilidad ni la sensibilidad del perro. En contextos como intervención en nieve o detección en terrenos agresivos, está demostrado que estas botas funcionan y, bien utilizadas, suponen una herramienta de prevención eficaz.
Qué dice la ciencia sobre las botas para perros
Sorprende encontrar un estudio publicado en Frontiers in Veterinary Science (2022) por investigadores de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, que analizó el impacto de las botas caninas en la marcha de perros. Se observaron cambios en las fuerzas de reacción y en el centro de presión, lo que indica una posible pérdida de estabilidad.
Estos cambios biomecánicos podrían afectar el rendimiento del perro, especialmente en tareas de rastreo, detección o intervenciones tácticas donde la precisión es clave. Aún más si el perro no está habituado o si el calzado no es de buena calidad.
A veces basta con ceras protectoras y sentido común
No siempre pero en muchos casos, basta con:
- Endurecer las almohadillas del perro de forma natural. Si trabajamos con perros que van a estar expuestos a terrenos complicados (ej: perros de escombro) es fundamental preparar a los perros en este sentido. Un buen entrenamiento cumple perfectamente con este proceso.
Aplicar productos como cera protectora que hidrata y crea una barrera natural.
Adaptar los tiempos de intervención según las condiciones del terreno.
Evitar superficies peligrosas cuando no sea imprescindible acceder.
Somos libres de elegir… los perros no
El calzado en perros de trabajo no es un accesorio. Debe estar al servicio de su bienestar y su rendimiento. Los Crocs para perros pueden parecer simpáticos, pero no están pensados para proteger, y mucho menos para operar.
Si un perro necesita calzado, que sea funcional, testado y adaptado a sus necesidades. Y si no lo necesita, lo mejor que podemos hacer por él es permitirle sentir el suelo, mantener sus almohadillas fuertes y respetar su naturaleza.
Porque en el trabajo, como en la vida, lo que cuenta no es la estética, sino la eficacia y el respeto al perro.
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