Tres días de baja por la muerte de la mascota
He perdido a perros que han sido parte fundamental de mi vida. Sé lo que duele. Pero ¿realmente necesitamos una baja laboral de tres días?

Por Isabel Herrán | PerrosdeBusqueda&IsaylosDogs
Recientemente hemos conocido el caso de la primera empresa en España que concede tres días de baja laboral por la muerte de una mascota. Y aunque comprendo que el tema despierta y despertará emociones fuertes, creo que es necesario plantearlo desde una perspectiva práctica y, por qué no decirlo, sensata.
He tenido perros muy queridos. Algunos eran compañeros de trabajo, otros eran familia. He pasado por ese dolor, y puedo decir que, aunque te deja roto, no creo que necesite una baja de tres días para superarlo.
¿Por qué? Porque el duelo por una mascota es, en muchos casos, emocional, pero no implica la misma carga logística que con una persona. Cuando fallece un familiar humano, hay gestiones que atender: tanatorios, entierros, funerales, trámites… Todo eso justifica ausentarse del trabajo. Pero cuando se va un perro, todo eso no existe.
Además, y creo que esto es importante, volver a la rutina puede ser terapéutico para muchas personas. Estar ocupado, rodearte de compañeros, tener la mente en otra cosa… ayuda. Puede que el primer día necesites parar, y eso es comprensible. Pero alargar el duelo en casa puede hacer que el dolor se enquiste más que aliviarse.
No digo que no haya casos en los que alguien necesite parar. Pero eso puede gestionarse con un día de asuntos propios, un permiso flexible o incluso teletrabajo. No creo que convertirlo en una baja reglada de tres días sea la solución.
Lo que hace falta es comprensión, humanidad y entornos donde uno pueda decir: “mi perro ha muerto, necesito un día”, y que eso se entienda sin tener que mentir
¿Un perro, un gato, un hámster, un conejo…?
Aquí es donde el debate se complica. ¿Dónde ponemos el límite? ¿Se justificaría la baja si fallece un perro guía, un gato anciano o un loro que ha estado 20 años contigo? ¿Y si se muere un pez? ¿Un hámster? ¿Un conejo recién adoptado?
No se trata de despreciar a ningún animal —todos merecen respeto—, pero desde un punto de vista legal y organizativo, es muy difícil trazar una línea objetiva y justa. No se puede legislar sobre el grado de afecto que alguien tiene hacia su mascota, pero tampoco se puede abrir la puerta a que cualquier pérdida implique necesariamente una baja laboral.
Por eso, más que establecer un derecho automático a tres días de ausencia, quizás la clave esté en ofrecer herramientas flexibles y humanas, como poder hablar con tu responsable y pedir un día si lo necesitas, sin tener que inventarte una excusa. Como ha hecho esta empresa y con lo que demuestra una magnífica gestión y relación con sus trabajadores.
Y sobre todo, no deberíamos caer en la trampa de pensar que dar más bajas o más papeles es sinónimo de más empatía. Lo que hace falta es comprensión, humanidad y entornos donde uno pueda decir: “mi perro ha muerto, necesito un día”, y que eso se entienda sin tener que mentir.
El dolor por una mascota es real, y merece respeto. Pero muchas veces, lo mejor que podemos hacer es seguir adelante, con ellos en el corazón.
Deja aquí tu comentario (debe ser aprobado para que aparezca)