Las desparasitaciones: prevenir antes que curar

Las desparasitaciones, internas y externas, son necesarias para prevenir graves enfermedades en nuestros perros. Los perros detectores requieren una atención aún más especial por estar aún más expuestos durante su trabajo

desparasitaciones

Por Jaime Alonso Borde | PerrosdeBusqueda

Muchas veces nos preocupamos de las posibles heridas que nuestros perros en una jornada de trabajo puedan hacerse en las almohadillas o con restos de cascotes en estructuras colapsadas, en restos de incendios o en rastros urbanos. Nos preocupamos también de los ojos de nuestros perros cuando deben introducir su cabeza entre espinos y jaros para intentar seguir un rastro o un cono de olor. Nos preocupamos del temido golpe de calor y los sobreesfuerzos de largas jornadas de búsqueda de personas desaparecidas. Eso está muy bien. Pero ojo, no debemos olvidarnos de otras prevenciones más “mundanas” o cotidianas como las infestaciones de pulgas garrapatas o incluso el temible mosquito trasmisor de Leishmania o Filiariosis canina…

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Los perros detectores y de trabajo, más expuestos

Están en auge deportes como la detección de sustancias, el mantrailing, etc en las que empezamos con nuestros peludos cada vez a edades más tempranas (aunque ya comentamos en su momento que la edad no debe ser un impedimento) y en las que interactuamos con gran cantidad de personas y perros, muchas veces en terrenos en las que estos parásitos campan a sus anchas. Por eso creo que es importante que sepamos cómo protegerlos a ellos y por extensión a nosotros, dado que también pueden trasmitirnos algunas enfermedades.  Para esa trasmisión de cualquier enfermedad propia de los animales (de compañía o no), a las personas, se emplea el término zoonosis.

Se trata de un tema tan importante como desatendido, por pasar a ser algo casi rutinario y “poco emocionante”. Sobre todo para los que convivimos con perros en casa. Vaya por delante que no soy veterinario pero si me gusta ir al monte o la playa con mi perro Argi e incluirlo en la medida de lo posible en mis actividades diarias, además de vivir en casa con nosotros y compartir sofá muchas veces. Simplemente me gustaría comentar este tema de manera sencilla para que los propietarios de perros tengamos algunos puntos más claros, no se nos pase por alto y nos decantemos por uno u otro método.

Desparasitaciones internas y externas, no olvides ninguna

Como casi todos ya sabremos a estas alturas, debemos diferenciar la desparasitación interna de la externa. La desparasitación interna es la que habitualmente realizamos mediante la administración de una pastilla cada tres meses aproximadamente, para eliminar los famosos gusanos internos (dicho así para no liarnos demasiado con los nombres y tipos de gusanos), que pueden ser contagiados también a las personas. Estos mismos gusanos pueden provocarnos a nosotros -los humanos- diarreas, entre otras enfermedades. La manera más fácil que yo utilizo para acordarme de que debo administrar a mi perro  este tratamiento trimestral, es aprovechar cada cambio de estación. Así, me acuerdo que al llegar la primavera, al llegar el verano, el otoño o el invierno, debo administrarle la famosa “pastillita”.

Por otro lado, conocemos también la desparasitación externa como aquella destinada a evitar la infestación de pulgas y garrapatas y la famosa picadura del mosquito Flebotomo. Las enfermedades trasmitidas pueden ser Babesiosis, Ehrlichiosis, Enfermedad de Lyme, en el caso de las garrapatas. En el caso de las pulgas pueden transmitir tenias y provocar dermatitis. Además de la temida Leishmania transmitida por el mosquito hembra Flebotomo, que es una enfermedad crónica para el perro, o la filiariosis canina o “enfermedad del gusano”. Aquí sí quiero entrar un poco más a fondo, dado que disponemos de  dos técnicas muy bien diferenciadas entre sí.

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Existen varias formas de protegerles

Entre las técnicas más invasivas nos encontramos las pastillas que se están poniendo tan de moda  para evitar las pulgas y garrapatas. El efecto de estas es eliminar, matar las pulgas y garrapatas que pueda tener el animal y a aquellas que puedan intentar “colonizarle”. El efecto sobre el perro es más rápido que con otras técnicas aplicadas de manera externa. Generalmente tienen pocos inconvenientes para el perro pero no debemos olvidar que al tratarse de una pastilla que debe ingerirse, sería muy interesante consultar antes al veterinario.

Por otro lado tenemos las técnicas menos invasivas. Para entendernos, es como si creáramos un escudo invisible alrededor de nuestro perro. Entre estas nos encontramos las pipetas y collares. Estos trabajan evitando que el parásito llegue a colonizar al perro, directamente se trata de repelerlos antes de que lleguen a picar/morder y, en caso de que llegaran a morder, eliminarlos. Como todo en esta vida, tienen sus pros y sus contras.

Como cosas a favor de las pipetas, que son capaces de mantener  a nuestro perro libre de estos parásitos durante un mes, independientemente del tipo de pelo. En contra,  que pasados un par de días del tiempo de protección el animal vuelve a estar expuesto.

Con el tema de los collares, el tiempo suele ser de cerca de 6 meses, un espectro de protección más amplio pero por el contrario, suelen ser algo menos efectivos en animales de pelo largo y, al igual que las pipetas, pueden en algunos individuos producir algún tipo de irritación en la piel.

Existen algunos otros productos más agresivos empleados sobre todo en animales de trabajo en monte, cuidado de ganado, caza, etc, pero no suelen ser los más apropiados para nuestros animales de compañía.

Prevenir es mejor que curar

Mi opinión personal, insisto que es personal, es que más vale prevenir que curar y me decanto por los collares y si acaso pipetas, antes que por las pastillas, que al fin y al cabo, no dejamos de introducir en el animal más productos químicos. A la conclusión que sí debemos llegar todos, independientemente del método elegido,  es que la protección del animal es importantísima, ya que por extensión, estamos protegiéndonos nosotros también y a otros animales.

Sobre el autor: Jaime Alonso Borde

Formador de guías caninos de seguridad privada, acreditado por el Ministerio de Interior
Consultor y Profesor de Prevención de Riesgos Laborales, Seguridad privada, Lucha Contra Incendios y Primeros Auxilios para empresas con distintas actividades y en diversos Centros de Formación de Vizcaya Guipúzcoa, Álava y Cantabria, y formador para distintos cursos y materias para programas del Servicio Vasco de Empleo (Lanbide) y  Servicio Cántabro de Empleo (Emcan)
Director de Seguridad y Jefe de Seguridad  acreditado por el Ministerio de Interior
Perito Judicial en Seguridad Privada, Prevención de Riesgos Laborales e Incendios, como profesional independiente

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