La unidad de élite subacuática de la Policía se suma al rastreo en el Guadalquivir

Los agentes peinarán las zonas menos accesibles tras más de 24 horas de búsqueda infructuosa

3 de Septiembre
Las batidas llevadas a cabo durante la tarde-noche del lunes y toda la jornada de ayer en el cauce y áreas próximas al Guadalquivir han resultado, de momento, infructuosas. Sigue sin emerger pista alguna sobre el paradero de Jesús Moreno, el joven de 21 años que desapareció, arrastrado por la corriente del río, el pasado día 1, mientras se bañaba con sus amigos.

Al amplio dispositivo desplegado para tratar de localizar al chico —compuesto por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, bomberos, servicios sanitarios y Policía Local— se sumó ayer un helicóptero procedente de la Jefatura Superior de Andalucía Occidental, así como un equipo de tres miembros del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA), que está interviniendo en la coordinación de los rastreos. Cuenta con un puesto de mando avanzado, que integra un vehículo con dos puestos de trabajo, una carpa, emisoras con repetidor propio y el mobiliario necesario para las labores, entre otro material.

Completo dispositivo

En concreto, un total de unos treinta efectivos aúnan esfuerzos para dar cuanto antes con la víctima, según apuntaron fuentes del Centro Coordinador de Emergencias 112. Entre ellos, dos patrullas de Protección Civil, diez bomberos y cuatro mandos con cinco vehículos ligeros y una barca motor fuera borda; dos efectivos visionando las dos márgenes del río, así como la mayoría de las patrullas de servicio de la Policía Local.

Fuentes de la Comisaría informaron a este periódico de que, además, hoy llegarán, procedentes de Guadalajara, agentes de la unidad subacuática del Grupo Especial de Operaciones (los conocidos GEOS) para peinar las zonas del antiguo Betis que tienen un acceso más complicado para la zodiac de los bomberos.

Según pudo saber este periódico, existen dudas razonables sobre la manera en la que se produjo la desaparición del joven, ya que las declaraciones tomadas a los amigos que se encontraban con él no dejan totalmente claro cómo fue engullido por las aguas. En cualquier caso, todos coinciden en que fue la corriente, que, al parecer, era bastante potente en esos momentos, la que arrastró a Jesús hacia el interior del cauce.

El joven se encontraba con sus compañeros la tarde del lunes en el embarcadero próximo al Jardín Botánico, zona en la que, según algunos testimonios, desapareció cuando trataba de cruzar el río. Al parecer, la vegetación es muy frondosa en este enclave, algo de lo que también dieron cuenta ayer los bomberos, que buscaron a nado y sobre una embarcación al chico.

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